Tono del habla y melodía
Los
niños que aún no han adquirido plena competencia lingüística (es
decir hasta los tres años aprox) les hablamos con una Lengua
Adaptada a los Niños. Es algo reconocible por el tono más alto, más
variaciones tonales, hiper-articulación, frases más breves y más
repeticiones. Esto es así porque los niños pequeños muestran
interés y sensibilidad por los ritmos y las melodías del habla
mucho antes de ser capaces de entender el sentido de las palabras.
En esencia esta manera de habla consiste en exagerar
notoriamente los rasgos prosódicos (melódico y rítmico) inherente
al lenguaje hablado.
Esta prosodia exagerada (LAN) ayuda a los bebés a
dividir en secciones la corriente fónica que oyen, de este modo les
resulta más fácil identificar las diferentes palabras, los
sintagmas oraciones.
A juzgar por la manera que se desarrolla la adquisición
del lenguaje en la infancia, parece que son las redes neuronales del
lenguaje las que o bien se construyen sobre las musicales o bien las
reproducen.
Fernald y su equipo realizo un estudio interlingüístico
de la LAN en hablantes de francés, italiano, alemán, japones e
ingles de los dos lados del Atlántico. Hallaron semejanzas
significativas en el manejo de la prosodia, que avalan la existencia de
universales dentro del LAN.
Reforzándose la hipótesis de que la maquinaría mental
de la LAN pertenece en origen, a una capacidad musical relativa a la
regulación de las relaciones sociales y a los estados emocionales.
Pero las madres padres no sólo les hablamos de esta manera sino que
también les cantamos a nuestros hijos en publico o en privado.
En un estudio sobre la nanas se encontró una
llamativa uniformidad en melodía y ritmo. Sandra Trehub ha hecho
varios estudios sobre el hecho de cantar a los niños. Uno de sus
estudios demostró que los niños de seis meses que no ha sufrido
penalidades exhiben una respuesta fisiológica antes al
canto de su madre que ante su habla.
Alisón Street realizó un estudio particularmente
interesante que se centraba en madres e hijos y de cien madres
estudiadas todas cantaban a sus hijos.
Es inevitable no vincular la música a la emoción,
cuando nuestros cuidadores nos acarician con melodías y canciones.
Cuando somos más vulnerables nos conectamos a través
fundamentalmente del cuerpo, pero es el arrullo, el canto y el
habla quien nos acicala cuando las manos no pueden, tocándonos con
los sonidos; el sonido de los que nos aman.
Pero creo honestamente que en esta “cebolla”
llamada ser humano hay una capa que tiene que ver con una relación
con la musica más orgánica, alejada de la comunicación
y de la cultura y sólo desplegable en un espacio de juego (con unas características concretas y a las que dedico mi trabajo en "el taller".
Sin olvidar el entorno "el mundo" donde nos construimos y reconstruimos, quiero llamar la atención sobre un fenómeno llamado por Arno Stern Formulación, que tiene unas características perfectamente descritas por él y que creo que necesita un espacio de reflexión en este blog.
La
primera parte de esta entrada pertenece a mis apuntes sobre el libro de
Steven Mithen ( Los neandertales cantaban rap))
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