Las Condiciones de la Educación
Creadora, de diferentes maneras, han seguido presentes en mi vida
desde entonces, concretándose esporádicamente en diferentes cosas y
aspectos puntuales.
Es ahora cuando se dan las
circunstancias favorables para su desarrollo en algo, que también ha
estado siempre en mi vida, la música.
Aquí os dejo un regalo que “Diraya”
ha escrito para mi blog
sobre las condiciones de la “Educación Creadora”
Las condiciones de la Educación
Creadora, que Arno Stern plantea en su taller de pintura, con las que
ha trabajado toda su vida y sigue haciéndolo aún, son unas
condiciones en las que la naturaleza humana puede desplegarse sin
límite, ni trabas.
El trabajo se desarrolla en un grupo
de unas características determinadas. Está compuesto por
personas de diferentes edades (un niño de dos años, otro de siete,
otro de diez... adultos de distintas procedencias, ancianos...) todo
tipo de personas diferentes, como efectivamente somos todos. Tenemos
características comunes que nos definen como seres humanos pero al
mismo tiempo somos incomparables.
Viviendo de este modo la diferencia e
integrándola como elemento de riqueza en el grupo cada persona puede
sentirse aceptada por ser quién es, sin necesidad de adoptar
patrones o composturas que le son ajenos. Puede sentirse libre de
desarrollar todo lo que le pertenece, de forma libre.
En este contexto desaparece el juicio
sobre el trabajo de los demás y... con el tiempo, sobre el propio.
No existen cosas bien o mal hechas,
existe un proceso ilimitado de juego, investigación, aprendizaje,
donde no hay error, hay procesos de crecimiento.
En palabras de Arno Stern; “ser uno
mismo, entre los demás”
Este grupo juega. Pero este juego
se desarrolla con una reglas que lo hacen posible.
Existe en la estructura, un espacio que
posibilita la investigación. Es necesario que el material utilizado
sea el apropiado, que permita múltiples posibilidades, que permita
la divergencia.
Las necesidades de cada persona son
diferentes, por este motivo no existe un programa común para todos
sino que es esta estructura, cuidadosamente preparada, la que
permite investigar en función de los intereses particulares,
siguiendo la propia “deriva personal”.
Existe un espacio colectivo, físico y
material que se comparte. En este espacio es necesario tener en
cuenta a los demás pero al mismo tiempo, existe un espacio privado
que no se comparte con nadie.
Un equilibrio entre las necesidades
personales y las necesidades del grupo.
Este equilibrio es el eternamente
buscado en la mayor parte de las situaciones cotidianas en las que
nos encontramos. Es la necesidad de poder vivir en grupo, para lo que
estamos naturalmente preparados, sin renunciar a nuestra esencia
personal. Arno Stern lo define para un juego concreto, Pintar, y
muchas personas estamos trabajando en diferentes ámbitos teniendo
como referencia su taller de pintura.
En su taller existe este equilibro
entre lo personal y lo colectivo.
El trabajo de cada uno, en el que nadie
entra jamás a comentar, valorar, interpretar...y una mesa-paleta,
unos pinceles y pintura que se comparte por todos. Todos utilizan el
mismo material preparado para este juego. Se hace necesario aquí
tener en cuenta a los otros. Todos, niños y adultos lo manejan con
extremo cuidado, para que siempre esté disponible en perfecto
estado.
Se trabaja muy cerca, unos de otros.
Comparten además dentro del grupo, en la hora y media que dura la
sesión lo que son, lo que les define: su seriedad, su capacidad de
juego, su alegría, su sobriedad, sus bromas, su cansancio físico o
su intensidad de trabajo...pero jamás nadie entra en el contenido
del trabajo de los demás.
Por último, es necesario que este
juego sea “asistido”. La
persona que asiste lo que hace básicamente es “no
juzgar”. Para que esto sea posible hay que tener una mirada
centrada en las necesidades de las personas y no en el resultado de
su trabajo.
No dirige, no enseña, no corrige, no
aparta de la propia investigación. Hace todo aquello que es
secundario, que no pertenece al contenido del trabajo.
Por otro lado hace cumplir las reglas,
necesarias para que el juego sea posible para todos.
En el taller se aprende, pero no se
enseña. Todo aprendizaje se da por investigación. Nacemos con el
impulso, la necesidad y la capacidad de explorar. El juego y la
investigación es la manifestación de la acción del ser humano.
Todo lo que se aprende desde las
propias necesidades y con las propias capacidades, son aprendizajes
profundos, porque tienen un sentido interno. Esto hace además crecer
la confianza: “yo puedo”
Tener al lado una persona que “asiste”
sin juzgar posibilita también ese equilibrio humano entre “Yo” y
“Los Demás”. Necesitamos de los demás, pero esa necesidad es de
aceptación, de respeto, de cuidado, no de dirección externa.
Estas condiciones son las que
posibilitan el crecimiento ilimitado de las personas. Arno ha podido
ver, investigar y estudiar el juego de pintar. Sus investigaciones le
han llevado a encontrar que, en este juego existe lo que él ha
llamado “Formulación”.
Todo el trabajo que Arno continúa
desarrollando lo ha hecho en estas condiciones brevemente descritas
aquí y son extensibles a otras actividades y relaciones humanas.
Aceptación de la diferencia
Equilibrio entre el espacio personal y
de grupo
Asistencia